Camino Santiago Soria
Camino Santiago Soria

Santiago Matamoros

La leyenda de Santiago en su aspecto de adalid de la Reconquista, de la guerra contra los moros, surge en la batalla de Clavijo, enclave que, hasta bien entrado el siglo XIX, perteneció durante un tiempo indefinido a la provincia de Soria. Pero esta leyenda no es la única que, en torno al Apóstol Santiago, tiene como escenario estas tierras y así las vamos a resumir este apartado de LEYENDAS transcribiendo íntegro el texto de un artículo elaborado por Ángel Almazán, socio fundador de esta Asociación Soriana de Amigos del Camino de Santiago.

En Santiago "El Mayor" confluyen diversos arquetipos y Soria ha tenido un papel importante en la configuración de algunas de las leyendas más conocidas del Apóstol. Si Sor María de Jesús de Ágreda es la escritora que más ha escrito sobre las andanzas legendarias de Santiago en tierra hispánica, Fernando Sánchez Dragó, en su heterodoxia, ha analizado el esoterismo subyacente a este "Hijo del Trueno" y el Camino de Santiago. Pero hoy vamos a centrarnos en las leyendas santiaguistas de Soria.

 

Dice la tradición que Santiago evangelizó las ciudades de Uxama y Numancia antes de llegar a Zaragoza tras estar en Iria (Galicia), donde sería encontrado su cuerpo en el 810 por el obispo Teodomiro. He aquí, pues, el primer Camino de Santiago, el primigenio. Eso dice, al menos, el Padre Fita.

Santiago "Matamoros", como San Jorge y San Miguel, expresa un mismo arquetipo. Y la leyenda de Santiago "Matamoros" se crea con la mítica batalla de Clavijo, en el 844, cuando aparece montado en un caballo blanco y blandiendo una espada descabezando moros. Clavijo, según puede verse en el mapa de la Soria de 1.783 sobre las cartas topográficas de Tomás López, estaba dentro de la provincia de Soria (en 1.833, con la reestructuración administrativa de Tomás de Burgos, los territorios provinciales quedaron como están ahora.)

 

El primer escrito histórico que recoge la hipotética batalla de Clavijo (844) fue escrito por Rodrigo Jiménez de Rada, obispo electo que fue de Osma a finales de 1.208 y que, poco después, fue nombrado arzobispo de Toledo. Aún hoy se festeja en algunas localidades de los Cameros y en las poblaciones sorianas de Sarnago y San Pedro Manrique, la victoria de las tropas cristianas de Ramiro I que, según la
leyenda, supuso la liberación del tributo de las cien doncellas al califato de Córdoba. Este festejo está representado por las Mondidas de San Pedro Manrique y sus cuartetas.

Pero más sorprendente es aún el hecho de que Ramiro I tras la batalla se acercó al cercano monasterio de San Prudencio, en el monte Laturce, a darle las gracias por la aparición de Santiago y por la victoria, ya que le había rogado su intercesión. Y San Prudencio fue, no lo olvidemos, discípulo de nuestro San Saturio durante siete años. San Prudencio fue llamado a Osma para dirimir unos asuntos y allí murió (año 572), entonces su sobrino Pelayo le metió en un arca que puso en los lomos de una mula, la cual se encaminó hasta el riojano Monte Laturce, donde cayó muerta frente a una cueva sobre la que se construyó un templo dedicado a San Prudencio.